Por Hayley Smith Los Ángeles, California, julio 22 (LATIMES).- Mientras el oeste se hunde cada vez más en la sequía, los expertos en clima y agua están cada vez más alarmados por las reservas de California, que se están secando severamente. El lunes, Shasta Lake, el embalse más grande del estado, contenía unos escasos 1.57 millones de acres-pies de agua, lo que equivale alrededor del 35% de su capacidad según la Oficina de Recuperación de Estados Unidos. Una serie de imágenes de satélite capturadas por la NASA muestran cuán dramáticamente cayó el nivel del agua. En una imagen de julio de 2019 se ve el lago Shasta más lleno y rodeado de bancos verdes. Este año, el verdor fue reemplazado por un anillo color canela que recubre el lecho del lago, lo cual indica el grado de caída del agua. Un patrón similar se puede ver en las fotos del lago Oroville, el segundo embalse más grande del estado, que también experimentó una caída abrupta en sus reservas y en la Sierra, cuya capa de nieve fue decreciente este año. Para Jeffrey Mount, investigador principal del Centro de Políticas del Agua del Instituto de Políticas Públicas de California, “todo el mundo debería estar preocupado” por lo que observamos. “Los niveles de los embalses que estamos analizando están cerca de un mínimo histórico, con todas las perspectivas de que, en realidad, eso ocurrirá para finales del verano”, señaló. “Las montañas están secas, al igual que la vegetación se encuentra completamente seca”. Las imágenes de satélite son crudas y sus ramificaciones son profundas, afirmaron los expertos, desde céspedes muertos y campos pajizos hasta peligros ecológicos y el empeoramiento de los incendios forestales. Algunos dijeron que probablemente representan una nueva normalidad para un Estado Dorado que se ha vuelto marrón. Muchos científicos que estudian la sequía de California señalan a 1976-1977 como un hito del “peor de los casos”. Esa sequía llevó al lago Oroville a su mínimo histórico, de 646 pies sobre el nivel del mar. El lunes, el lago se ubicó a poco más de 661 pies sobre el nivel del mar, o el 28% de su capacidad total, según el Departamento de Recursos Hídricos de California. Al igual que con el lago Shasta, las imágenes satelitales de Oroville en 2019 muestran un lago con mucha más agua que en 2021. Si lo vemos hoy, al nivel de nuestros ojos, las casas flotantes se sientan sobre bloques de cemento porque no hay suficiente agua para contenerlas en este momento. El nivel del agua del lago probablemente seguirá disminuyendo, comentó John Yarbrough, subdirector adjunto del Proyecto de Agua del Estado del Departamento de Recursos Hídricos. California normalmente recibe la mayor parte de su precipitación anual entre principios de diciembre y finales de marzo, señaló, por lo cual es poco probable que la situación mejore durante varios meses, si no más. “Esta falta de agua almacenada como resultado de la sequía en todo el oeste tiene múltiples impactos en cascada”, destacó, “incluyendo drásticamente menos agua para nuestras granjas y comunidades, más estrés en nuestra red eléctrica y un mayor riesgo de incendios forestales”. Los agricultores del estado ya se enfrentaron a condiciones tan secas que muchos comenzaron a labrar los campos, arrancar viñas y árboles dejando tierras vacías que alguna vez fueron muy fértiles. Aunque la sequía de 1976-1977 marcó un récord, existen varias diferencias clave que hacen que la actualidad sea más desafiante incluso que esa época, destacó Forrest Melton, científico de programas de la Oficina de Aplicaciones de Agua Occidental de la NASA.